19 de noviembre de 2010


Tomado de la página de la Sociedad Caminera

INTENTAN IMPEDIR LA EXCURSIÓN DEL DOMINGO, PERO….AL FINAL, PASEAMOS POR EL CAMINO DEL PARDILLO

Un importante número de camineros concienciados y entusiastas se fueron reuniendo desde antes de las 10:00 del domingo 14 de noviembre en las inmediaciones de la estación de RENFE de Torrelodones, en respuesta a la convocatoria de la Sociedad Caminera del Real de Manzanares, para celebrar la apertura del camino del Pardillo, cuya ejecución oficial había tenido lugar el día anterior
El ambiente era festivo y alegre, a pesar del día amenazante de lluvia. Comenzó la fiesta con los acordes de la pareja de músicos venidos desde Guadarrama, que con la dulzaina y el tamboril, nos amenizaron el continuo llegar de amigos y conocidos, los saludos y comentarios de bienvenida. Llegaba gente de todos los rincones de nuestra comarca: Torrelodones, Galapagar, Hoyo, Guadarrama, El Escorial, Villalba, Los Molinos, Colmenarejo, Las Rozas, etc. Incluso gentes venidas desde Madrid.
Una vez reunidas más de 100 personas, el presidente de la Sociedad Caminera, se dirigió a todos para agradecer tan importante participación, relatar un poco la historia de nuestro protagonista, el camino del Pardillo, y repasar todos los avatares hasta llegar a este importante momento de culminación de esta reivincación caminera.
Tras esta introducción y acompañados por nuestros músicos comenzamos la marcha para acercarnos al inicio del camino sobre las vías del tren. Desde allí, una vez agrupados comenzamos el recorrido, ya sobre el camino propiamente dicho, en su parte previamente accesible hasta la altura de la casa de Panarras.
Pero, cual fue nuestra sorpresa, cuando acercándonos ya a la casa de Panarras, divisamos que se había colocado una furgoneta atravesada en el camino justo donde antes estaba la puerta que impedía el paso, y se nos presentó un individuo que decía ser la propiedad y nos indicaba que no se podía pasar, alegando la existencia de un recurso contencioso administrativo contra la decisión municipal. Tras una discusión y teniendo en cuenta que no existían suspensiones cautelares, se le comunicó a esta persona que teníamos la intención de pasar.
Al cabo de un rato, apareció la Guardia Civil y la Policía Municipal, avisados tanto por la persona que nos impedía el paso, como por la Sociedad Caminera. Para asombro de todos los presentes, incluidos concejales de Torrelodones, Las Rozas y Guadarrama que participaban en la marcha, la Guardia Civil anunció sus instrucciones de que no iban a impedir el paso pero que tomarían las filiaciones de todos los que siguieran andando el camino. Por parte de la Junta se asumió la responsabilidad de la organización, en base al Acto oficial del Ayuntamiento del día anterior, se expuso que resultaba cuando menos sorprendente que se quisiera filiar a cien vecinos de la sierra, con las presunciones implícitas, por recorrer un camino abierto el día anterior en un Acto oficial por el Ayuntamiento de Torrelodones y en presencia de la propia Guardia Civil y se pidió que se tomaran los datos del personaje causante del problema y que se le ordenara que retirara el vehículo de la vía publica.
Al final, se tomaron una serie de filiaciones de miembros de la Junta y de participantes que voluntariamente dieron sus nombres solidarizándose con la Junta Caminera, el propietario retiró su vehículo, sin tener que identificarse, y los excursionistas pudieron pasar por el camino del Pardillo ejerciendo su legítimo derecho al paso por una vía pública.
Debemos todos felicitarnos por la responsabilidad y madurez con que los camineros supimos llevar el problema. Sin gritos ni salidas de tono demostramos que conocíamos nuestros derechos. Respetamos las instrucciones de la Guardia Civil y soportamos con total discreción las coacciones del supuesto propietario que, sin autorización alguna, nos impedía transitar libremente por un camino público.
Lamentamos la desequilibrada actuación de la fuerza pública de la que los ciudadanos reclamamos protección y el más riguroso respeto a nuestros derechos, sin presuponer que tan elevado número de vecinos podamos estar incurriendo en presuntas irregularidades sólo a instancias de un individuo que sí que las estaba cometiendo al cortar un camino que, aunque fuera suyo, tendrá que ser un juez el que lo decida.
Lamentamos también el abandono por parte del Ayuntamiento de Torrelodones ya que pese a estar informados por la patrulla municipal ningún responsable municipal se atrevió a personarse para compartir con sus convecinos tan incómoda situación. Este abandono contrasta con el rigor profesional de la patrulla municipal que no solo informó inmediatamente a sus superiores sino que pidió la identificación al supuesto propietario, le recordó la medida adoptada por el Ayuntamiento y su obligado cumplimiento, le conminó a abrir el paso y ante su negativa, tomo nota para el correspondiente atestado.
A partir de aquí la marcha, aunque muy retrasada por los acontecimientos, discurrió como estaba previsto, disfrutando del paisaje y las explicaciones de camineras sobre los aspectos naturales del entorno.
Llegados a la puerta de la finca La Isabela, también cerrada, se comentó brevemente la situación en el ayuntamiento de Las Rozas, y la anunciada disposición de La Isabela para tolerar el pasode los vecinos, lo cual no se puede considerar como una concesión sino que es un derecho. Tras estas explicaciones se procedió a seguir el camino por las diferentes sendas que, sin obstáculos, estaban abiertas a ambos lados de la puerta.
Llegamos finalmente a la presa del Gasco donde pudimos observar su gran farallón y el impresionante paisaje protagonizado por el río Guadarrama y el cañón que allí lo enmarca. El periodista e investigador histórico Ricardo Fanjul nos deleitó contando la historia de esta impresionante obra que no llegó a buen término.
Finalmente y después de tantos avatares, todos el grupo volvió sobre sus pasos para subir de nuevo el camino del Pardillo y regresar al punto de inicio. Bueno, todos, menos los amigos de Galapagar que habían venido andando desde el pueblo y decidieron retornar por el camino que ascienda hacia el puerto de Galapagar al otro lado de la presa.
En resumen y a pesar de todo, se puede decir que todos disfrutamos de esta marcha e hicimos valer nuestros derechos como caminantes y amantes de la naturaleza que poseemos a nuestro alrededor. Nos queda no obstante la espina clavada de la que solo nos aliviará repetir esta marcha muy pronto.

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